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Mujeres y turismo en Mesetas: historias de resiliencia

Mujeres y turismo en Mesetas: historias de resiliencia

¿Cómo se construye la paz en un territorio que vivió años de conflicto?

En Mesetas la respuesta no tiene un solo rostro. El cambio ha sido fruto del esfuerzo colectivo: hombres, mujeres, jóvenes y familias que, desde diferentes roles, decidieron darle un nuevo rumbo a su historia.

En medio de ese esfuerzo, las mujeres han tenido un papel visible. Su capacidad de resiliencia, su empeño por buscar mejores oportunidades para sus hijos y su constancia en el día a día han aportado un impulso vital para que la comunidad se levante y mire hacia adelante.

De la guerra al acuerdo de paz

El Acuerdo de Paz abrió una puerta. No borró las cicatrices ni trajo soluciones inmediatas, pero permitió que el territorio comenzara a reinventarse. Y fueron las familias, con las mujeres al frente de muchas iniciativas, quienes se apropiaron de esa oportunidad.

Donde antes había miedo e incertidumbre, empezaron a florecer nuevas ideas: actividades de turismo en Mesetas, como la guianza en senderismo, la preparación de alimentos para los visitantes, el hospedaje rural, la producción de café y las artesanías. El turismo apareció como una alternativa real, capaz de transformar la resiliencia en futuro y de abrir rutas hacia espacios como el Cañón del Río Güejar.

El turismo como escenario de transformación

Hoy, recorrer Mesetas es caminar por esos cambios. En cada guía local, en cada anfitriona, en cada artesano, se percibe el esfuerzo de una comunidad que decidió que la paz también se construye con trabajo y creatividad.

Las mujeres, muchas de ellas madres, han encontrado en el turismo una forma de orientar nuevas oportunidades para sus familias. Pero no lo han hecho solas: junto a hombres, jóvenes y organizaciones locales, han convertido el turismo en un motor de desarrollo y en una herramienta para contar la historia del territorio desde otra mirada.

“Las mujeres están en el corazón del turismo comunitario, transformando tradiciones, saberes y conocimientos locales en oportunidades de empoderamiento económico y preservación cultural.”

Selene Orellana, defensora del turismo comunitario.
Una lección de resiliencia compartida

El turismo en Mesetas no es solo aventura ni paisaje. Es memoria, dignidad y comunidad en acción. La resiliencia de las mujeres se suma a la de los hombres y a la energía de los jóvenes para dar forma a un futuro diferente.

Cada experiencia turística es un recordatorio de que la paz no se decreta desde afuera: se teje en lo cotidiano, en el esfuerzo compartido y en la decisión de transformar lo que antes fue dolor en oportunidades.

Mesetas avanza porque su gente avanza. Y en esa marcha, las mujeres han sido un pilar que complementa y fortalece la labor de toda la comunidad.

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