Adéntrate en un viaje por el corazón del Meta, donde la naturaleza cuenta su historia a través de cañones imponentes, cascadas ocultas y ríos cristalinos. Desde el majestuoso Cañón del Güejar hasta la impresionante Cascada Arenales, pasando por las enigmáticas 5 Maravillas y la mística Cascada Encantada, cada destino revela una faceta única de este territorio. La experiencia se completa con un recorrido sensorial de café en Mesetas, donde se comparte la riqueza cafetera de la región, fusionando naturaleza, cultura y tradición en una travesía inolvidable.

La aventura comienza con el rafting en el Cañón del Güejar, un recorrido de 17 kilómetros donde el río fluye entre gigantescas rocas milenarias formadas por el Escudo Guayanés, creando paisajes de realismo mágico. A lo largo del trayecto, cascadas emergen desde las alturas, mientras mariposas y aves multicolores acompañan a los viajeros, ofreciendo una experiencia de conexión profunda con la naturaleza.

El recorrido continúa hacia la Cascada Arenales, un santuario natural que se revela tras una caminata de aproximadamente una hora y media. Allí, una cascada de 60 metros cae sobre una playa de arena blanca, creando un espacio de paz y contemplación, ideal para el baño recreativo y la fotografía.

Siguiendo el cauce del río, se encuentran Las 5 Maravillas del Güejar, un conjunto de piscinas naturales, toboganes y jacuzzis formados por la fuerza del agua. Este rincón es perfecto para disfrutar del agua cristalina, nadar y relajarse en medio de la selva. Las cascadas Caño Jordán y Caño Lajón complementan este paraíso, permitiendo a los visitantes sumergirse en la belleza intacta de la región.

El viaje prosigue hacia la Cascada Encantada, donde el agua desciende desde 30 metros, formando una piscina rodeada de vegetación densa. Las leyendas locales del mohán, guardián de las aguas, añaden un toque místico a este lugar, haciendo que cada visitante sienta la conexión con la historia ancestral del Meta.

Finalmente, El Cañón del Cafre ofrece una experiencia única con su impresionante paisaje de aguas color esmeralda, rodeado de inmensas rocas y vegetación. Este escenario natural, operado en temporada de verano, es ideal para actividades como el Tubing, donde los visitantes disfrutan de emocionantes rápidos mientras se conectan con la belleza del entorno. Además, se promueve un turismo responsable, minimizando el impacto ambiental y vinculando a la comunidad local en la cadena de valor, asegurando la conservación de este maravilloso destino.